La lavanda, también conocida como lavandula angustifolia, es una planta aromática que se identifica por su color morado y las espigas de sus ramas. Debido a sus propiedades naturales esta planta se utiliza para diferentes tratamientos de belleza e incluso medicina natural.
El aceite de lavanda es uno de los aceites esenciales más utilizados en la actualidad. Para extraerlo se somete a la planta a un proceso de destilación al vapor que mantiene todas sus propiedades. Posteriormente este aceite se diluye en agua o se añade a cremas y otros productos cosméticos.
Propiedades del aceite de lavanda para la piel
El aceite de lavanda tiene las siguientes propiedades para la piel:
- Evita las arrugas: la lavanda revitaliza la piel, ayudando a regenerar las arrugas y manteniendo el tejido firme.
- Combate el acné: la lavanda controla el exceso de sebo y grasa que produce la piel, evitando así que ésta obstruya los poros de la piel. Además tiene propiedades antiinflamatorias y antisépticas que ayudan a combatir las bacterias que causan el acné. Se puede mezclar el aceite esencial con agua y aplicarlo sobre la zona afectada con un algodón o añadirlo a mascarillas antiacné.
- Desintoxica la piel: la piel lucha diariamente contra los cambios de tiempo y la contaminación. Como consecuencia de la acción de estos agentes externos, la dermis en ocasiones se ve apagada y reseca. Los antioxidantes de la lavanda luchan contra los radicales libres que dañan la piel y mejoran su salud.
Propiedades del aceite de lavanda para el pelo
El aceite de lavanda también se puede usar para cuidar del cabello ya que:
- Elimina la caspa: las propiedades antiinflamatorias y antisépticas de la lavanda ayudan a combatir los síntomas de la caspa, como inflamación, picazón y descamación. Además equilibra el pH del cuero cabelludo, acelerando la curación de la caspa y haciendo una limpieza profunda.
- Reduce la grasa: ya que equilibra el pH y es antiséptico, el aceite de lavanda reduce el exceso de sebo en el cabello y consigue que se mantenga limpio más tiempo.
- Controla la caída: la lavanda ayuda a mejorar la circulación y estimula la raíz del cabello, lo cual permite que el pelo crezca más rápido y saludable. Gracias a la lavanda los folículos pilosos se fortalecen, lo que previene la caída del pelo excesiva.
- Funciona como acondicionador: ayuda a combatir la sequedad y el ‘frizz’, dejando una melena más brillante y limpia.
- Podría eliminar los piojos: según un estudio de 2011 el aceite esencial de lavanda podría ayudar a prevenir la pediculosis (infestación por piojos) e incluso eliminarla si aparece.
Otras propiedades de la lavanda
Otras propiedades de la lavanda no relacionadas con la cosmética son:
- Sana heridas y quemaduras leves: las propiedades antisépticas y antiinflamatorias de esta planta ayudan a desinfectar las heridas. Asimismo la lavanda estimula la formación de nuevas células en la piel, ayudando a regenerarla después de una herida o quemadura.
- Calma la picazón causada por las picaduras de mosquitos o eccemas: al ser antiinflamatoria, la lavanda reduce la inflamación, el enrojecimiento y el picor.
- Es relajante: esta planta sirve para disminuir la ansiedad y el estrés y ayuda a conciliar el sueño. Basta con inhalar el aceite de lavanda o masajear sobre la piel unas gotas diluidas en agua.
Precauciones al utilizar aceite de lavanda
Como ocurre con todos los aceites esenciales, se debe tener cuidado al utilizar el aceite de lavanda. No se puede ingerir ni tampoco acercarlo a los ojos ni otras zonas sensibles. Asimismo, es conveniente diluirlo en agua antes de aplicarlo sobre la dermis y no hacerlo sobre pieles extremadamente sensibles. También hay que tener en cuenta que, si se inhala en ambientes cerrados, puede dar lugar a mareos, vómitos y nauseas. Además en ciertos casos puede provocar alergia y otros efectos secundarios. Lo mejor es consultar siempre con un médico antes de comenzar cualquier tratamiento basado en aceites esenciales.
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