¿Tienes la sensación de que cada vez existen más productos para el cuidado de la piel y te sientes perdida respecto a qué tipo de cosméticos añadir a tu rutina de belleza facial? No te preocupes, el suero facial no es ningún producto nuevo. De hecho, probablemente ya tengas algún botecito de suero facial en casa, ya que este es el segundo nombre del ‘sérum’.
¿Qué es el suero facial?
El suero facial, o sérum, es un producto con una alta concentración de principios activos, que son absorbidos por la piel rápidamente, incluso en capas más profundas que las cremas hidratantes.
Aunque existen muchos tipos de suero e infinidad de marcas que nos ofrecen formatos muy diferentes entre sí, por norma general los sérums son ligeros y refrescantes.
Según tus gustos, encontrarás consistencias más acuosas, fluidas, en formato gel o emulsión, con aroma o sin aroma.
¿Cómo aplicar el sérum?
El suero facial debe aplicarse siempre después de hacer una buena limpieza de la piel, y antes de echarnos la crema hidratante habitual.
Puedes aplicar una pequeña cantidad sobre el rostro, cuello y escote, esperar que se absorba y aplicar la crema después.
No está de más recordar que el sérum no es un tipo de crema hidratante ni puede sustituir a este producto, por lo que deberá usarse como complemento de esta.
Este producto puede usarse por la mañana y por la noche, incluso usar diferentes tipos de sérum según el momento del día.
Por la mañana se aconsejan los sérum con antioxidante de vitamina C, mientras que por la noche funcionan muy bien los sérums con ácido glicólico.
¿Para qué sirve el suero facial?
El suero facial no es un producto esencial en una rutina del cuidado de la piel, pero sí que puede potenciar el efecto de la crema hidratante y dar a nuestra piel los cuidados específicos que necesita.
No hay una única función para el suero facial. Estos se ajustan a los diferentes tipos de piel y a las necesidades que puedan tener.
Hay sérums que aportan hidratación, firmeza, luminosidad, firmeza, antimanchas, que controlan la grasa de la piel, que protegen de la contaminación, que tienen efecto antioxidante o que exfolian la piel.
Lo ideal es dejarse asesorar por una especialista, que valore cuál es nuestro tipo de piel y qué tipo de producto nos brinda todo lo que necesitamos para lucir una piel sana y rejuvenecida.
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