El perfume es uno de los regalos más repetidos en San Valentín. A todos y todas no gusta oler bien, y por lo tanto también que la persona a la que queremos lleve esa fragancia que tanto le gusta y que a nosotros nos vuelve locos/as. Si buscas un regalo de última de hora, seguro que esto te interesa. Te contamos cómo elegir entre colonia o perfume y en qué se diferencian estos productos.
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Un perfume, para la mayor duración
Una mayor concentración de aceites en la colonia o el perfume provoca un olor más potente, que perdura durante más horas. Para oler bien en cualquier momento del día y en cualquier época del año hay que conocer qué concentraciones del olor nos sientan mejor. Por ejemplo, en invierno cualquier perfume es recomendable. Sin embargo, hay personas que en verano prefieren fragancias de una concentración de aceites menor, pues son colonias o perfumes más ligeros y menos pesados.
Los perfumes están compuestos por una serie de aceites esenciales que construyen en su conjunto la esencia de la fragancia. Estos aceites se mezclan con agua y alcohol de alta graduación. El perfume tiene más de un 20% de concentración de aceites en su mezcla. Por este motivo, cuando se busca una duración mayor, lo normal es optar por el perfume.
El perfume tiene una duración de 6-8 horas, mientras que la colonia dura unas dos horas.
Una colonia para quienes prefieren aromas frescos y ligeros
El agua de colonia tiene una graduación de aceites bastante baja (de entre 2 y 4%). Por lo que los aceites esenciales no son la base de la mezcla.
Esto hace que las colonias sean ligeras, nada recargadas y perfectas para los meses más calurosos.
Estos productos suelen ser más baratos y no llegan a ser recargados, aunque nos echemos una mayor cantidad.
El hándicap de las colonias es su tiempo de duración. Por eso, aunque su esencia sea agradable, tendremos que volver a echarnos a las pocas horas para mantener la fragancia durante más tiempo.
Además de la colonia o perfume, existen otro tipo de productos que se pueden encontrar en la perfumería que se encuentran en un punto intermedio entre la colonia y el perfume.
Entre ellos se encuentra el agua de perfume, con una intensidad media de alcohol y una concentración de hasta un 20%; y el agua de toilette, con una fragancia fresca y persistente de entre un 5% y un 15% de concentración de aceites.
Para quienes desean oler bien, pero buscan fragancias más suaves, lo ideal es el agua fresca, una fragancia muy diluida y con el menor porcentaje de aceite que hay en el mercado. Sin embargo, su duración es muy escasa.
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