Utilizar un gel exfoliante facial evitará que la piel adquiera un aspecto áspero y reseco, eliminará las células muertas y dejará el cutis más sano y luminoso. No obstante, a la hora de aplicarlo hay que seguir una serie de pautas para hacerlo con el producto más adecuado y evitar la sobreexfoliación.
Qué es un exfoliante facial
Los exfoliantes faciales son productos cosméticos que sirven para limpiar en profundidad y eliminar las impurezas y células muertas del rostro. Pueden estar fabricados en diferentes formatos: gel, crema, mascarilla…
Cada piel es diferente y por ello se debe elegir el exfoliante que mejor responda a las necesidades de cada una. Para las pieles grasas lo mejor es usar un gel o sérum que eviten que aparezcan más granos o espinillas. Para las pieles más finas o secas lo mejor es usar exfoliantes suaves y que contengan emolientes. Aquellas personas que tengan una piel normal o seca deberán optar por cremas o geles depuradores.
Cómo aplicar un gel exfoliante facial
Los exfoliantes faciales se deben aplicar una o dos veces por semana si la piel del rostro es grasa, cada 10 días si es sensible y cada 15 si es seca o fina. Aunque existen ciertos geles exfoliantes que están indicados para aplicarlos diariamente, la mayoría no deben usarse con tanta frecuencia. Por tanto es importante prestar atención a las instrucciones que traen los productos.
Asimismo, hay que tener en cuenta que el gel exfoliante debe estar indicado especialmente para el rostro, ya que éstos tienen un grano más fino que el de los exfoliantes usados para el resto del cuerpo. El rostro es más delicado que la piel de otras zonas corporales y por eso requiere de productos específicos. Si se utiliza un exfoliante corporal en la cara se podrían retirar demasiadas capas de la piel, dejándola irritada y enrojecida.
Los pasos para una correcta aplicación del gel exfoliante son los siguientes:
- Limpia profundamente el rostro, eliminando los restos de maquillaje. Para ello utiliza el gel limpiador diario. De esta manera se eliminarán las impurezas y la suciedad y se favorecerá el resultado de la exfoliación.
- Para facilitar la aplicación del gel exfoliante, deja el rostro ligeramente humedecido. Comienza a aplicarlo en pequeñas cantidades por la frente y ve bajando por la nariz, las mejillas, la mandíbula y la barbilla. Se debe extender de forma uniforme, realizando pequeños movimientos circulares y ejerciendo una ligera presión con los dedos. Para una exfoliación más profunda se puede extender el producto con un cepillo especial.
- Retirar el exfoliante aclarando con abundante agua tibia. Posteriormente se puede aplicar un tónico facial.
- El proceso debe terminar con la aplicación de una crema hidratante adecuada al tipo de piel. La hidratación protege la barrera de los lípidos de la piel y evita que ésta se reseque, algo común tras la exfoliación.
Al frotar las partículas exfoliantes hay que evitar hacerlo con fuerza, ya que se podría dañar la piel, especialmente si ésta es sensible. Además no se debe sobreexfoliar el rostro (exfoliarlo con demasiada frecuencia) ya que se puede alterar el equilibrio natural de la piel, dejándola deshidratada.
Beneficios de usar un gel exfoliante facial
- Las partículas presentes en los exfoliantes fáciles ayudan a retirar las células muertas que quedan adheridas a la capa superficial de la piel.
- La piel respira mejor, se oxigenan sus células y se absorben mejor los nutrientes de los productos y cremas hidratantes.
- Consigue que la piel esté más radiante y suave de forma inmediata.
- La eliminación de las células muertas previene a medio plazo la congestión de los poros y la formación de granos y otras impurezas en el rostro.
- Evita el envejecimiento prematuro de la piel, renovándola para que parezca más joven.
- Reactiva la microcirculación sanguínea, lo que previene la hinchazón.
Deja una respuesta