5 errores que cometes al lavarte la cara (y que hacen que tu rutina de belleza sea menos efectiva)

5 errores que cometes al lavarte la cara (y que hacen que tu rutina de belleza sea menos efectiva)

La limpieza facial es el paso más básico de toda rutina de belleza. Pero aunque parezca sencillo, saber cómo lavarte la cara de forma correcta tiene su ‘aquel’, especialmente si tenemos la piel sensible o utilizamos otros tratamientos faciales posteriores.

Aquí van los 5 fallos más frecuentes al lavarse la cara y cómo evitarlos para cuidar tu piel cada mañana, y también cada noche.

Frotar la piel con la toalla

Después de aclarar el limpiador, muchas sacudimos la toalla sobre el rostro llegando a dañar la piel con el roce. Pero este gesto, lejos de terminar de limpiar la cara, puede provocar microdesgarros en la capa más externa de la piel y disparar la sensibilidad. En lugar de arrastrar, lo ideal es aplicar la toalla doblada en suaves toques, recogiendo la humedad sin estirar ni rascar. De esta manera, respetas la barrera cutánea y evitas la sequedad excesiva.

Empapar un disco de algodón con tónico

Utilizar tónico es un paso clave para equilibrar el pH y preparar la piel para el serum y los productos hidratantes, pero si lo empapas en un algodón y lo deslizas, buena parte del producto se queda atrapado en el disco. Lo mejor es aplicar este producto también a toquecitos, directamente vertiendo unas gotas en las palmas de las manos y aplicando con los dedos.

Lavarse la cara con productos demasiado agresivos

Frotar con esponjas ásperas, usar jabones muy alcalinos o fórmulas excesivamente astringentes puede dejar la piel tirante y sobre estimular la producción de grasa como mecanismo de defensa. Para evitarlo, elige limpiadores suaves, en gel o crema, formulados para tu tipo de piel, y masajéalos con la yema de los dedos sin apretar. El objetivo de lavarse la cara a diario es arrastrar la suciedad, no dañar la barrera cutánea.

Saltarte el desmaquillado y la limpieza nocturna

Llegar agotada y pensar que no tienes que lavarte la cara porque no llevas maquillaje es otro error frecuente al lavarte la cara. Ya que aunque no uses base ni sombra, tu piel acumula polvo, contaminación y restos de sudor o cremas solares. Dormir con esas impurezas tapa los poros, aumenta el riesgo de brotes y dificulta la renovación celular nocturna. Así que recuerda siempre dedicar un par de minutos antes de acostarte para limpiar bien rostro y cuello, y así dejar que tu piel “respire” mientras descansas.

No adaptar tu limpiador a las necesidades propias de tu piel

Cada piel es única: grasa, mixta, seca o sensible. Por eso, no emplear un limpiador que se ajuste a tu tipo de piel puede provocar sequedad extrema, reacciones o un exceso de sebo. Por ejemplo, una piel sensible agradecerá fórmulas sin fragancia y con ingredientes calmantes, mientras que un rostro muy graso puede beneficiarse de un gel con control de brillos pero sin sulfatos agresivos. Revisa la etiqueta y busca productos específicos, pues limpiar correctamente también pasa por elegir la fórmula adecuada.

Corregir estos hábitos tan comunes al lavarte la cara no solo te permitirá lucir una piel más limpia y saludable, además es clave para que los serums, cremas y tratamientos que apliques después cumplan su función al 100 %.

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