Las uñas amarillas y gruesas en los pies no solo pueden ser antiestéticas, también pueden indicar que existe un problema de salud que necesita atención. Así que si has notado que tus uñas han perdido su color natural, están más duras de lo normal o incluso se ven opacas y rugosas, no te preocupes. Vamos a contarte qué cuidados pueden ayudarte a acabar con ellas y recuperar su aspecto sano y bonito.
¿Por qué se ponen amarillas y gruesas las uñas de los pies?
Este cambio en las uñas de los pies puede estar relacionado con los siguientes problemas:
- Infecciones por hongos (onicomicosis): Es la razón más común de tener las uñas amarillas y gruesas. Ya que cuando los hongos invaden la uña, provocan engrosamiento, decoloración amarilla o marrón, e incluso pueden generar mal olor.
- Uso prolongado de esmaltes oscuros. Si no usas base protectora para las uñas, los pigmentos de los esmaltes pueden manchar las uñas con el tiempo.
- Sudoración excesiva o calzado inadecuado. El calor, la humedad y el uso de calzado no transpirable también favorece el desarrollo de hongos y bacterias.
- Enfermedades sistémicas. Algunas enfermedades como la diabetes, trastornos circulatorios o afecciones del hígado también pueden hacer que las uñas tengan un aspecto amarillento.
- Envejecimiento natural. Con la edad, las uñas tienden a volverse más gruesas y opacas.
Cómo tratar las uñas amarillas y gruesas
Conocer las causas de las uñas amarillas y gruesas puede ayudar con su tratamiento, pero aquí van algunos tips para devolverles su belleza natural.
- Limpieza regular y adecuada. Lava tus pies todos los días con agua tibia y jabón suave. Sécalos bien, sobre todo entre los dedos, ya que la humedad puede empeorar el problema.
- Corta y lima con frecuencia. Mantén las uñas cortas y bien limadas. Usa un cortauñas limpio y, si es necesario, una lima gruesa o eléctrica para reducir el grosor de la uña poco a poco. Esto mejor hacerlo después del baño, cuando las uñas están más blandas.
Remedios naturales que pueden ayudar a quitar las uñas amarillas
Si antes de probar un tratamiento farmacológico, quieres intentar quitar las uñas amarillas con remedios naturales, aquí van algunas opciones.
- Vinagre blanco o de manzana. Este producto natural tiene propiedades antimicóticas. Mezcla una parte de vinagre con una parte de agua tibia y remoja tus pies durante 15-20 minutos al día.
- Aceite de árbol de té. Un poderoso antifúngico natural. Aplica una gota sobre la uña limpia dos veces al día. Puedes combinarlo con aceite de coco para potenciar su efecto.
- Bicarbonato de sodio. Mézclalo con agua y forma una pasta que puedas aplicar sobre la uña para neutralizar hongos y olores. Déjala actuar por 10 minutos y enjuaga.
Tratamientos farmacológicos para los hongos de las uñas
Si el problema es persistente o se extiende a varias uñas, lo mejor es acudir a un especialista. Existen productos antifúngicos, cremas y tratamientos orales que pueden eliminar la infección de raíz. El tratamiento puede durar varias semanas o incluso meses, ya que la uña debe crecer completamente sana.
Evita pintarte las uñas mientras se recuperan
Sabemos que los esmaltes ocultan el problema, pero también pueden empeorarlo. Tapa los síntomas y evita que la uña respire. Por eso, durante el tratamiento, es mejor dejarlas al natural y nutrirlas con productos específicos fortalecedores o aceites nutritivos.
Consejos para prevenir que vuelvan a aparecer
Vamos con algunos consejos para que una vez que acabes con el problema, no vuelvas a sufrirlo.
- Usa siempre una base protectora si aplicas esmalte.
- Cambia tus calcetines a diario y opta por tejidos transpirables como el algodón.
- Evita caminar descalza en duchas públicas, piscinas o gimnasios.
- Desinfecta regularmente tu lima y cortaúñas.
- Ventila bien tus zapatos y alterna su uso para que se sequen completamente.
Conclusión
Las uñas amarillas y gruesas ni aparecen, ni desaparecen, de la noche a la mañana, pero con constancia y buenos hábitos, puedes mejorar notablemente su apariencia. Si los cambios persisten o empeoran, no dudes en acudir a un profesional. ¡Recuerda que tus pies merecen el mismo mimo que el resto de tu cuerpo!