No saber distinguir entre grasa o inflamación puede dificultarnos adoptar la rutina, alimentación y ejercicios adecuados para sentirnos mejor y tener un abdomen más plano.
En primer lugar, has de saber que mientras la grasa suele mantenerse estable, la inflamación abdominal fluctúa a lo largo del día y remite con cambios en la alimentación o el estilo de vida.
Descubre qué otras diferencias existen entre grasa o inflamación y cómo adaptar tu rutina para acabar con esta incomodidad.
¿Grasa o inflamación? Aprende a diferenciarlas
La hinchazón por inflamación suele ser caprichosa: algunos días notas el vientre plano y otros aparece más abultado, especialmente al final de la jornada. Esta inflamación suele acompañarse de sensación de pesadez, gases o incluso cierta molestia al tacto. Además, mejora si ajustas tu dieta o reduces el estrés.
En cambio, la grasa acumulada o la pérdida de tono muscular permanece invariable: ese “michelín” no desaparece con batidos detox ni tras una buena noche de sueño, pero sí que puede combatirse con actividad física diaria y una mejor alimentación.
Observa los cambios de tu cuerpo para distinguir entre grasa o inflamación
- Si el volumen varía según lo que comas, tu nivel de descanso o el grado de actividad física, lo más probable es que se trate de inflamación o hinchazón abdominal.
- Si la tripa está siempre presente, independientemente de tus hábitos, es más probable que sea grasa localizada o flacidez muscular.
Claves para calmar la inflamación
Cuando identificas que esa hinchazón responde a inflamación, el objetivo no es “comer menos”, sino comer mejor, cuidar tu salud mental y proteger tu sistema digestivo.
Alimentos que ayudan
La alimentación es un pilar esencial para conseguir tanto reducir la inflamación, como acabar con la grasa acumulada en el abdomen. Para combatir la inflamación, los expertos recomiendan:
- Antiinflamatorios naturales. Frutos rojos, verduras de hoja verde, cúrcuma y jengibre.
- Grasas saludables. Aceite de oliva virgen, frutos secos y semillas de chía o linaza.
- Proteínas ligeras. Pescado azul, carnes blancas y legumbres.
Productos a evitar
- Ultraprocesados y azúcares refinados, que alimentan la inflamación.
- Grasas trans y comidas rápidas.
- Bebidas carbonatadas y exceso de sal, que favorecen la retención de líquidos.
- Lácteos o gluten, si notas que te sientan mal, prueba una alimentación sin ellos durante unas semanas para comprobar su efecto.
Con una dieta equilibrada y estrategias como la mesoterapia o la fitoterapia, muchas mujeres notan reducción de la hinchazón y mayor vitalidad en pocas semanas.
Cómo afrontar el exceso de grasa localizada
Si tu tripa se mantiene firme día tras día, el truco pasa por ajustar tu ingesta calórica y tonificar el abdomen.
Pautas en tu alimentación para quemar grasa abdominal
- Control de porciones. Se recomienda cuidar la proporción de alimentos y optar por alimentos naturales y frescos, frente a los procesados.
- Proteínas magras. El huevo, pavo y pescado blanco son opciones muy socorridas en una dieta saludable y baja en grasa.
- Evita grasas saturadas. Embutidos, fritos y productos ricos en azúcares y aditivos fomentan la acumulación de grasa.
- Deja fuera de tu dieta bebidas azucaradas y alcohol, ya que estos productos suman calorías vacías.
Además, es importante combinar el ejercicio cardiovascular, con trabajo de fuerza para fortalecer la zona media y acelerar el metabolismo basal.
Qué limitar
- Grasas saturadas: embutidos, fritos y mantequilla en exceso.
- Bebidas azucaradas y alcohol, que suman calorías vacías.
- Snacks ultraprocesados, ricos en azúcares y aditivos que potencian la acumulación de grasa.
Recuerda que no hay ni dos barriguitas ni dos cuerpos iguales. Lo más importante para sentirte bien contigo misma empieza por escuchar a tu cuerpo y tus necesidades. seguir unos hábitos saludables y priorizar tu salud mental.