En este artículo vamos a dar respuesta a una pregunta muy frecuente en el cuidado de las manos: ¿Es mejor cortar o empujar las cutículas de las uñas?
Si te has sumado a la tendencia de hacerse las uñas en casa, te sugerimos prestar atención al cuidado de las cutículas, desde su hidratación, hasta la elección de productos adecuados o la retirada de las mismas.
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¿Qué son las cutículas de las uñas?
Las cutículas son esa pequeña franja de piel que se encuentra en la base de nuestras uñas, que a menudo se convierte en objeto de debate cuando se trata de su cuidado adecuado.
¿Es mejor cortarlas o empujarlas? La respuesta no es tan sencilla como parece, ya que ambas opciones tienen sus pros y sus contras.
Antes de sumergirnos en el dilema de cortar o empujar las cutículas, es crucial comprender cuál es su función. Estas pequeñas tiras de piel desempeñan un papel vital en la protección del nacimiento de las uñas. Formadas por una capa de células, las cutículas actúan como una barrera defensiva contra agentes externos, evitando infecciones y problemas derivados del contacto con el agua y otros elementos.
Sin embargo, es común que, debido a diversos factores, las cutículas se acumulen y adopten un aspecto poco agradable. En esos casos, muchos optan por eliminarlas para mejorar la apariencia de las uñas. Pero, ¿cómo debemos cuidar adecuadamente nuestras cutículas?
La hidratación de las cutículas
Cuidar las cutículas no implica un esfuerzo extraordinario. La hidratación regular es la clave para prevenir la aparición de pellejitos y padrastros molestos. Masajear suavemente las cutículas con aceite o una crema especializada puede proporcionar la hidratación necesaria. Este producto no solo elimina irritaciones sino que también ablanda las cutículas para facilitar su empuje.
¿Cortar o empujar las cutículas?
La gran pregunta persiste: ¿es mejor cortar o empujar las cutículas? La respuesta radica en entender las consecuencias de cada opción. Cortar las cutículas, una práctica común en salones de belleza, puede tener consecuencias indeseadas. Al cortarlas, se abre la puerta a la entrada de bacterias, aumentando el riesgo de infecciones y causando hinchazón, dolor y molestias. La paroniquia, más conocida como uñero, es una de las afecciones más comunes derivadas de cortar las cutículas.
Como alternativa más segura, se recomienda simplemente empujar las cutículas. Al empujarlas suavemente, tienden a desaparecer por sí solas, sin necesidad de cortarlas. Si las cutículas parecen demasiado grandes o duras, se pueden utilizar alicates especializados, pero esta práctica debe ser la excepción y no la norma.
Recuerda desinfectar cualquier herramienta utilizada y evita compartir utensilios de cuidado personal con otras personas.
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