Muchas personas se preocupan por la caída de su cabello, pensando que están perdiendo frondosidad y que esta pérdida es definitiva. Sin embargo, antes de alarmarse en exceso por la caída del cabello es importante tener en cuenta que perder pelo diariamente es algo normal. Cada día caen de la cabeza entre 50 y 100 pelos para que puedan crecer nuevos, especialmente durante el otoño.
No obstante, es cierto que algunas personas (tanto hombres como mujeres) pierden más pelo de lo normal y las causas pueden ser muy variadas.
Causas de la caída del cabello
- Genética: los antecedentes familiares son la causa principal de la alopecia androgénica, uno de los tipos más comunes de calvicie. En el caso de los hombres, esta alopecia produce generalmente la caída del cabello total o parcial a partir de la frente o la coronilla. En mujeres es habitual que la alopecia provoque el cabello sea más fino y menos abundante.
- Edad: con los años, al tiempo que el pelo va perdiendo pigmento, muchos folículos dejan de producir cabellos, lo que deriva en una menor densidad capilar.
- Falta de hierro: si hay poco hierro en la sangre, hay poca hemoglobina que cumpla la función de transportar el oxígeno a los tejidos, incluidos los folículos pilosos. La anemia se puede identificar por una serie de síntomas como somnolencia, debilidad general o apatía y para diagnosticarla tan solo hay que realizar un análisis de sangre.
- Carencia de vitaminas: la falta de biotina (un tipo de vitamina B) y de vitamina D pueden provocar que se caiga el pelo. La vitamina C es también fundamental para la absorción del hierro y estimula la producción del colágeno que fortalece el cuero cabelludo.
- Alimentación deficiente: igual que la carencia de vitaminas, la falta de proteínas o grasas (habitual en personas que siguen dietas muy estrictas de adelgazamiento), puede conducir a la alopecia. Lo mismo ocurre con la carencia de cobre, cinc y sílice.
- Consumir ciertos medicamentos: el consumo de algunos medicamentos, como los que se recetan para personas con la presión sanguínea alta, los anticonceptivos y los anticonvulsionantes pueden provocar la pérdida del cabello. Al dejar de tomarlos, el cuero cabelludo se restablece.
- Estrés: el estrés continuado puede afectar al flujo sanguíneo que llega al cuero cabelludo, provocando la caída del cabello. No obstante, en cuanto desaparece o disminuye el estrés, el pelo que se ha caído vuelve a crecer.
- Problemas de tiroides: el hipertiroidismo debilita el cabello, haciéndolo más fino. Por el contrario, una producción escasa de la glándula tiroides (hipotiroidismo) lleva a que el cabello sea demasiado grueso.
- Cambios hormonales: los cambios hormonales que provoca la menopausia, el embarazo o el dejar de tomar la píldora anticonceptiva pueden provocar la caída del cabello.
- Algunas enfermedades: dolencias como la dermatitis seborreica, la tiña, la psoriasis y el Lupus eritematoso pueden afectar al pelo.
- Mal tratamiento del cabello: abusar de aparatos como el secador de pelo, el rizador o la plancha y productos químicos como los tintes pueden dañar el cuero cabelludo y favorecer la caída del pelo. También hay ciertos champús que, por sus componentes, pueden provocar que el cuero cabelludo se vuelva más graso o provocar la calvicie.
Si se observa una caída del cabello de gran magnitud se debe acudir a un dermatólogo para un diagnóstico adecuado. Ya que hay muchos tipos de alopecia y causas que las provocan, lo mejor es identificar su origen para intentar frenarla.
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