Llegó septiembre, y tras semanas de sol, cloro y cambios en la rutina, llega también el momento perfecto para darle un respiro a la piel. Y es que durante el verano la barrera cutánea suele debilitarse, con más sequedad, la piel más apagada, rojeces y sensibilidad. Pero la solución para recuperar la piel después del verano no siempre pasa por añadir más cosas: muchas veces basta con eliminar temporalmente lo que más irrita.
Aquí tienes seis tipos de productos que merece la pena dejar aparcados durante al menos unas semanas.
Exfoliantes químicos fuertes (AHA/BHA en uso diario o en alta concentración)
Antes de exfoliar, dale tiempo a la piel para recuperarse.
Los ácidos (glicólico, láctico, salicílico…) son fantásticos, pero pueden aumentar la fotosensibilidad y la irritación si la piel ha tomado mucho sol. Esto hace que después del verano, la capa superficial pueda volverse más finita. Por lo que usar exfoliación potente puede provocar enrojecimiento, descamación excesiva o sensación de quemazón.
Qué usar en su lugar. Cambia los exfoliantes suaves o PHA (más tolerables) una vez por semana, o usa un limpiador con enzimas suaves. Prioriza la hidratación y evita cualquier producto que te deje la piel tirante.
Retinoides y derivados
Dales una pausa a los retinoides para evitar reacciones innecesarias.
Los retinoides remodelan la piel pero son muy sensibles al sol. Por lo que si la barrera cutánea está muy alterada tras el verano, pueden causar descamación agresiva o eritema. Parar un mes ayuda a que la piel regenere y recupere tolerancia a estos activos.
Qué usar en su lugar. Incorpora sueros reparadores por las noches sueros reparadores (ceramidas, pantenol, ácido hialurónico…)
Exfoliantes físicos faciales y cepillados intensos
Las partículas abrasivas de los scrubs pueden raspar la piel debilitada por el sol y provocar microlesiones. Evítalos durante un mes, y tampoco uses herramientas de exfoliación mecánica hasta que la piel esté más calmada.
Qué usar en su lugar. Una exfoliación química suave ocasional (PHA) o una limpieza con mascarilla de arcilla suave si hay exceso de grasa; siempre sin frotar.
Sérums de vitamina C de alta concentración
Aunque son antioxidantes, los sérums con vitamina C pueden ser irritantes sobre la piel sensible post-verano.
La vitamina C es estupenda, pero, en concentraciones altas y sobre piel quemada o muy expuesta, puede picar o causar rojeces. Así que mejor pausar el tratamiento si notas sensibilidad y reintroducirla cuando la barrera esté más estable.
Qué usar en su lugar. Usa antioxidantes suaves (niacinamida, resveratrol en baja concentración) y protectores con filtro solar físico para proteger la piel mientras se recupera.
Tónicos astringentes y productos con alto contenido en alcohol
Evita secar aún más la piel ya deshidratada. Para ello evita productos “refrescantes” con alcohol o ingredientes muy astringentes, que eliminan la grasa pero también dañan la barrera y aumentan la sensación de tirantez tras el sol.
Qué usar en su lugar. Opta por tónicos humectantes o aguas faciales con glicerina, aloe o pantenol que calman y retienen la humedad.
Autobronceadores intensos y bases pesadas
Deja que la piel respire unas semanas. Los autobronceadores contienen DHA y otros compuestos que, sobre piel sensible o con erosiones, pueden manchar o irritar. Del mismo modo, las bases muy cubrientes taponan poros y ralentizan la recuperación.
Qué usar en su lugar. Apuesta por BB creams ligeras o brumas con color si necesitas unificar, y reserva los autobronceadores hasta pasado este mes de recuperación.
¿Con qué me quedo durante ese mes? Una rutina “rescate” de lo más sencilla
Simplifica tu rutina y aprovecha todos los beneficios de los productos más sencillos para el cuidado de la piel.
- Limpieza suave. Con gel o leche limpiadora sin sulfatos.
- Hidratación intensa pero ligera. Suero de ácido hialurónico + crema con ceramidas o mantecas ligeras según la sequedad.
- Reparación. Productos con pantenol, niacinamida baja y prebióticos suaves.
- Protección solar diaria. SPF 30–50 mineral o combinado, imprescindible si vas a exponerte nuevamente.
- Mascarillas calmantes 1–2x por semana. De aloe vera, avena o fórmulas con centella asiática.
Los beneficios que verás tras un mes de pausa
Si cuidas la barrera cutánea y evitas estos ingredientes agresores notarás menos rojez, una textura más suave y una mejor tolerancia cuando vuelvas a tus activos. La piel se reequilibra y los tratamientos posteriores funcionan mejor porque penetran en un terreno más saludable.