Cuando vemos a alguien que padece lipedema, lo notamos porque uno de los síntomas más visibles es el aumento del volumen en las piernas y los brazos. Eso sí, hay otro tipo de síntomas que son menos evidentes y que, en algunos casos, pueden ser motivo de confusión para pacientes y profesionales.
Qué es el lipedema
Lo primero que debemos saber es que es una enfermedad crónica, inflamatoria y que en algunos casos se desarrolla progresivamente, la cual produce un aumento del volumen y del número de células grasas del tejido adiposo superficial, lo que puede producir daños neuropáticos, linfáticos y vasculares. Nos encontramos ante una enfermedad que se da más en las mujeres.
A qué partes del cuerpo afecta
Al principio, como nos comentan los expertos de Clínicas Simarro, afecta a las extremidades inferiores del cuerpo, de tal forma que se produce un aumento del volumen que se extiende después a los brazos y resto del cuerpo. Muchas veces lo que ocurre es que puede llegar a ser doloroso.
Una de las características de esta enfermedad es la escasa respuesta que tiene a ejercicios y dietas, ya que se produce habitualmente una desproporción entre la zona superior o inferior del cuerpo.
Existen otros síntomas que pueden también aparecer como el dolor o la sensación de cansancio y de hinchazón en las piernas, algo que se puede identificar con el aumento de las temperaturas o la menstruación.
Muchos años mal diagnosticada
El lipedema fue diagnosticado de forma errónea como linfedema, celulitis u obesidad. En el año 2018 la OMS reconoció a esta enfermedad bajo el epígrafe EF02.2. “Algunos trastornos no inflamatorios del panículo adiposo”. A pesar de ello, ahora se piensa que sí que es una enfermedad inflamatoria.
Síntomas que debes tener en cuenta
La importancia de hacer caso a los síntomas puede evitar un diagnóstico tardío y que empeore así la evolución de la enfermedad. Vamos con algunos síntomas:
Fatiga persistente y falta de energía
Entre los síntomas más habituales esté la fatiga o cansancio constante. No hablamos solo de piernas cansadas, es un agotamiento generalizado que llega a afectar en el día a día. Esta escasez de energía se vincula muy posiblemente a procesos inflamatorios crónicos, alteraciones a nivel hormonal y disfunciones del metabolismo celular.
Hematomas inexplicables
Son algo más que un signo estético. El que aparezcan espontáneamente hematomas, aunque haya pequeños roces o sin que recuerdes ningún golpe, es otro indicio de lo más revelador.
Nos encontramos ante un fenómeno producido por la fragilidad capilar que provoca una presión anormal en las venas y a una circulación deficiente. Aunque suele ser frecuente, no se suele relacionar con el lipedema, lo que hace complicado que pueda detectarse precozmente.
Alteraciones menstruales y sensibilidad hormonal
El lipedema está relacionado con los cambios hormonales. Son bastantes las mujeres que sufren de un agravamiento de los síntomas con la menstruación o después de la menopausia. Suele ser habitual ver trastornos del ciclo menstrual, caso de las reglas más irregulares, dolorosas o abundantes, lo que en ocasiones se puede llegar a confundir con desajustes ginecológicos independientes.
Trastornos digestivos
Aunque hay muchos estudios sobre lipedema que están centrados en la grasa localizada, lo cierto es que cada vez más hay una evidencia sobre la relación que tiene con problemas como la hiperpermeabilidad intestinal o el síndrome del intestino irritable. Este tipo de trastornos no solo alteran nuestra digestión, pueden ayudar a que se produzca la inflamación que suele ser característica en el lipedema.
Dolores articulares sin motivo aparente
Hasta en las fases iniciales se pueden producir determinados dolores en las rodillas, espalda baja o caderas. Con frecuencia son mujeres que tienen peso normal que no terminan de entender porque sus articulaciones sufren cuando no hay sobrecarga evidente.
El problema aparece en que existe una distribución anómala de grasa, que altera la biomecánica y que produce un gran estrés articular.
Cuando se conocen bien todos estos síntomas que son menos comunes, es posible actuar con la debida antelación.
Lo mejor es ponerse en manos de profesionales
En un sector tan importante como el de la salud, un enfoque claro en el diagnóstico que piense en todos estos factores hace posible que se diferencia el lipedema de otras patologías y que se diseñe un tratamiento adecuado desde edades tempranas. Por todo ello, lo mejor es acudir a una clínica especializada y que tenga experiencia en el diagnóstico y tratamiento del lipedema.
De esta forma no vas a perder más el tiempo visitando especialistas o quedándote sin saber qué es realmente lo que ocurre con esos síntomas que padeces.
Así que ya sabes, esperamos haber dejado todo más claro sobre esta patología que no es tan conocida, pero que la sufren muchas personas en todo el mundo y que tiene solución.