El lino es el tejido estrella de nuestras vacaciones de verano, un amor a primera vista que nos conquista por su frescura, su toque natural y esa vibra ‘effortless’ que le da a cualquier look. Pero es imposible pasar por alto que lavar y planchas las prendas de lino puede romper todo el encanto. Así que si quieres saber cómo cuidar tus prendas de lino para que luzcan siempre perfectas, sigue leyendo porque te contamos 5 trucos.
Lávalas con cariño (y agua fría, por favor)
El lino no es amigo del agua caliente ni de los ciclos agresivos de la lavadora. Lo ideal es lavarlo en frío o como máximo a 30ºC, con un programa delicado y un detergente suave. Si puedes, mete las prendas en una bolsita de lavado para protegerlas del roce con otras piezas.
¿Un truquito extra? Si la prenda es muy delicada o tiene detalles bordados, opta por el lavado a mano. Solo necesitas un poco de agua fría, detergente neutro, y nada de frotar como si estuvieras lavando una alfombra.
¡Adiós al centrifugado salvaje!
Uno de los errores más comunes al lavar y planchar las prendas de lino es meter la ropa en un centrifugado más fuerte para “acelerar” el secado. Error. Esto solo hace que se deformen, se arruguen aún más y, a veces, se encojan. Mejor escúrrelas suavemente (nada de retorcer) y sécalas al aire libre, preferiblemente en una percha para que mantengan su forma.
Eso sí, mejor a la sombra. El sol directo puede alterar el color natural del lino.
Plancha las tiendas de lino cuando aún estén un poco húmedas
Este tip es ORO. Si esperas a que el lino esté completamente seco para plancharlo, te vas a pasar más tiempo con la plancha que viendo tu serie favorita. El lino se deja alisar mucho mejor cuando está un poco húmedo. Así que, si se te pasó el momento, puedes rociar un poco de agua con un atomizador antes de comenzar.
Utiliza la plancha a temperatura alta, pero siempre desde el revés o usando un paño encima para evitar brillos. Y si tienes una plancha con función vapor o un vaporizador de mano, ¡mejor aún!
El vapor es tu nuevo mejor amigo para planchar el lino
Hablando de vapor… este puede ser tu salvación cuando no quieres sacar la tabla de planchar pero necesitas que tu vestido de lino se vea presentable. Un vaporizador de ropa puede hacer maravillas con las arrugas sin maltratar el tejido. Solo cuelga la prenda y pásalo suavemente. También puedes colgar la prenda en el baño mientras te duchas: el vapor natural ayuda a relajar las fibras y suavizar las arrugas más marcadas.
Atención al almacenaje
El lino tiene la extraña habilidad de arrugarse solo con mirarlo. Por eso, la forma en que lo guardas es clave. Si es una camisa, lo mejor es colgarla en una percha de madera ancha para evitar marcas. Si prefieres doblar, hazlo con cuidado y guarda las prendas en un lugar donde no estén muy apretadas para que no se arruguen más de la cuenta.
Aunque el lino tiene fama de rebelde, ¡Unas pocas de arrugas también pueden lucirse con estilo! Así que no te obsesiones con eliminar cada pliegue del tejido. Parte del encanto del lino está en ese aspecto relajado y natural. Llévalo con actitud y preocúpate más por disfrutarlo, que por la plancha. .
