Aunque son múltiples los factores que inciden en la aparición del acné desde la adolescencia, el seguimiento de unos hábitos saludables y el uso de productos específicos pueden contribuir notablemente a su desaparición
El acné o los antiestéticos granitos es un problema que nos afecta en mayor o menor medida a lo largo de nuestra vida por factores muy diversos. Pueden aparecer de forma puntual por condicionantes externos o alteraciones en nuestro organismo o bien hacerlo de forma prolongada, generando la necesidad de acudir a un dermatólogo. En ambos casos, resulta imprescindible un abordaje inmediato y eficaz para evitar que se produzcan lesiones cutáneas o imperfecciones. Además, la presencia de espinillas, granos inflamados, nódulos, quistes o rojeces pueden generar en algunos casos una pérdida de confianza y de autoestima en las personas que los padecen. De forma especial, entre los más jóvenes por ser la parte más visible de nuestro aspecto y por la importancia que se le da a la apariencia en ese momento vital.
Los granos y poros obstruidos comienzan a aparecer durante la etapa de la adolescencia, pero en su origen podemos encontrar otro tipo de causas que afectan también a los adultos, como el estrés, la alimentación, los cambios hormonales, el embarazo, la predisposición genética, la sudoración excesiva o el uso de cosméticos o maquillaje que obstruyen los poros.
Pese a todo, quitar los granos de la carade forma rápida y sencilla para lucir una piel radiante y suave es más fácil de lo que creemos. Sólo hay que seguir una rutina de limpieza diaria y optar por el producto más adecuado a nuestras necesidades. La prevención juega un papel muy importante para erradicar las posibles causas del acné. En este sentido, son imprescindibles unos hábitos de higiene facial para evitar el exceso de sebo, la acumulación de células muertas y la obstrucción de los folículos pilosos.
Otros efectos no deseados, como inflamación o enrojecimiento de la piel, también pueden evitarse con la elección de los productos específicos como URGO Stps Filmogel, con ingredientes y activos más efectivos. Se trata de un tratamiento que actúa a nivel local contra el acné, creando un film protector invisible que seca, purifica y acelera la desaparición del grano. Su nueva fórmula innovadora, compuesta por Hyretin® Complex (con ácido retinóico e hialurónico), tecnología Filmogel y árbol de té, aporta múltiples beneficios para la piel. En primer lugar, actúa contra la bacteria causante del acné con efecto secante y purificante para estimular posteriormente la renovación celular, hidratar la piel y generar una escudo protector invisible contra la suciedad y bacterias. Este film dura seis horas y, además, permite maquillarse con total tranquilidad.
Importancia de la higiene
En relación a esta higiene facial, lo ideal es comenzar el día con una limpieza suave y finalizarlo con otra un poco más profunda para liberar la piel del maquillaje, la suciedad y las impurezas acumuladas a lo largo de la jornada. Para respetar el equilibrio de la piel se deben utilizar siempre limpiadores sin jabón y con PH neutro y enjuagar con abundante agua tibia. Otra forma de potenciar los efectos positivos de esta rutina diaria, es realizar una exfoliación suave de la piel dos o tres veces por semana. Para ello son aconsejables productos que contengan AHA (ácidos glicólico o láctico) o BHA (ácido salicílico). Otros imprescindibles o ‘must’ que no pueden faltar en nuestra rutina son la crema hidratante y la de protección solar. En ambos casos, con componentes libres de aceites para evitar la formación de sebo. Cuando el acné es más severo o rebelde y hay que pasar por la consulta de un facultativo, la prescripción médica puede hacer recomendable tratamientos antibióticos, terapias hormonales o la incorporación de retinoides tópicos u orales.
Otros hábitos
Esto por lo que respecta a su abordaje directo, pero no debemos olvidar que el cuidado de la piel también abarca otros aspectos no menos importantes. Entre otros, la eliminación de nuestra dieta de productos con un alto porcentaje de azúcares (bollería, harinas refinadas, dulces o refrescos), beber agua de forma abundante para favorecer la hidratación y la eliminación de toxinas de nuestro organismo, la práctica de ejercicio regular para bajar los niveles de estrés y favorecer la relajación y una buena higiene del sueño con la finalidad de regenerar nuestra piel y favorecer la regulación de las hormonas.
