Hasta hace poco tiempo, corregir la alineación de los dientes y de la mandíbula pasaba necesariamente por el uso de los incómodos y antiestéticos brackets metálicos por un periodo prolongado de meses, en función del diagnóstico del paciente y la complejidad de su problema. Esta exigencia ha hecho inconfundible, en las últimas décadas, la estética dental de los jóvenes y adultos que querían lucir la sonrisa perfecta, aún a costa de exhibir unas piezas poco atractivas y difíciles de mantener a la hora de plantearse su limpieza diaria. Por ello, la irrupción de soluciones tan innovadoras y sencillas como la Ortodoncia Invisible de Creardent ha supuesto la alternativa ideal y toda una revolución a nivel estético no sólo por ser casi imperceptible a la vista, sino también por las otras muchas ventajas que lleva aparejada, en cuanto a comodidad e higiene.
Al tratarse de un tratamiento totalmente personalizado y ajustado a las necesidades de cada paciente, es esencial en un primer momento hacer una valoración previa de la salud bucal de los interesados y discutir los objetivos estéticos que se pretenden conseguir con la ortodoncia invisible. Para ello, Cleardent pone al servicio de sus clientes los avances más punteros y la tecnología de última generación para alcanzar los mejores resultados. De la calidad del trabajo de Cleardent dan fe la confianza que se han ganado estos especialistas en Odontología, tras más de 20 años de trayectoria, su contrastada experiencia y las 50 clínicas posee en la actualidad con los mejores profesionales del sector.
A la vanguardia en Ortodoncia
La Tecnología 3D por medio de un Escáner Intraoral, coloca a Cleardent a la vanguardia de la ortodoncia invisible para planificar de forma precisa y exacta el tratamiento necesario, la duración del mismo y posibilitar que el cliente pueda visualizar el resultado final en pantalla, antes incluso de empezar todo el proceso. Y todo ello, tras una consulta previa con los especialistas, en la que se le informará al interesado del coste de la citada ortodoncia, en función de sus necesidades concretas y los resultados del modelo 3D de su boca.
La personalización del tratamiento, una vez realizado el escaneo de los dientes, también queda patente en la fabricación a medida de los alineadores transparentes, hechos de un material plástico especial, que deberá llevar el cliente desde un primer momento. A diferencia de los brackets tradicionales, metálicos y fijos, estos alineadores son casi invisibles y removibles, lo que posibilita la comunicación sin ninguna traba, comer con normalidad cualquier tipo de alimento y realizar a fondo nuestra limpieza bucodental.
Estas férulas personalizadas serán las encargadas de mover los dientes de forma gradual y controlada por el ortodoncista, por medio de revisiones periódicas a lo largo del tratamiento. Con esta finalidad se fabrican una serie de alineadores, que el paciente ajustará a sus dientes siguiendo el orden establecido por el especialista. Para conseguir los resultados proyectados, estas férulas de plástico transparente deberán llevarse entre 20 y 22 horas al día y cambiarse cada dos semanas o tres, hasta alcanzar la posición deseada de los dientes (normalmente entre 0,25 mm).
Junto a la obligatoriedad de llevar puestos los alineadores durante estos periodos de tiempo, también es imprescindible velar por su perfecto estado de conservación para optimizar los resultados y evitar que se deformen, rompan o manchen. Por ello las recomendaciones de uso pasan necesariamente por evitar comer con ellos o beber otra cosa que no sea agua. Con estos cuidados se conseguirá empezar a ver la evolución a partir del segundo mes de tratamiento, una vez ajustadas las primeras férulas, y alcanzar finalmente nuestro objetivo, por medio de la colocación de una retención fija y removible para mantener la posición lograda gracias a la confianza depositada en estos especialistas y nuestra constancia y responsabilidad para seguir al pie de la letra sus recomendaciones.
En cuanto a la duración total del tratamiento de ortodoncia invisible, estará en función de aquello que queramos corregir con ella ya que cada paciente es único y sus necesidades, también. En términos generales, suele oscilar entre los 3 meses y los dos años, porque puede utilizarse para pocas piezas dentales o bien para problemas de mordida por una mala colocación de los dientes, que impide masticar con normalidad. En estos casos, el abordaje es más complejo y el tiempo requerido aumenta necesariamente. De ahí la importancia de las revisiones periódicas, en las que se monitorea la evolución, se cambian los alineadores y se planifica cómo serán las próximas semanas o meses de tratamiento.