Cómo ponerse moreno de forma segura para la piel

Cuando llega el verano a muchas personas les gusta ponerse al sol para que su piel adquiera un bonito tono moreno. No obstante, un exceso de exposición al sol puede provocar importantes daños en la piel, desde quemaduras hasta cáncer. Por ello es muy importante tomar precauciones a la hora de tomar el sol. La clave no está en el número de horas de exposición sino en hacerlo de forma correcta. Te damos diez consejos para tener un bonito tono de piel sin ponerla en peligro.

  1. Utiliza protector solar: es imprescindible que la piel en verano esté protegida de los rayos ultravioleta mediante los productos adecuados. Los protectores no impiden el bronceado pero sí los daños causados por el sol. De hecho, ayudan a que el moreno sea más uniforme y duradero, ya que la síntesis de melanina se producirá de forma gradual y no aparecerán zonas rojas. Según la Asociación Española de Dermatología y Venereología, se debe usar al menos un factor de protección 30, que ha de aplicarse 30 minutos antes de salir de casa y renovarse cada dos o tres horas. El factor debe ser más alto en zonas sensibles como la cara o las cicatrices. Asegúrate de aplicar una gruesa capa de producto, especialmente en zonas donde la piel es más fina porque, si no, se reduce la eficacia de la protección.
  2. Lava el rostro antes de tomar el sol: lavar la cara con agua y un jabón especial para el rostro permite eliminar los restos de maquillaje y que el bronceado de la cara sea uniforme. Después de lavarlo hay que aplicar el protector solar.
  3. Exfolia el cuerpo: es una de las claves para conseguir un bronceado uniforme y dorado. La exfoliación retira las células muertas de la piel y ayuda a conseguir un bronceado uniforme y sin manchas. Conviene realizarla unos días antes de ponerse al sol pero siempre sin ser agresivo, ya que podría dañar la piel. Se puede recurrir tanto a productos exfoliantes para la ducha como a tratamientos realizados en centros estéticos.
  4. Muévete: al tomar el sol tumbado o sentado hay zonas del cuerpo que proyectan sombras sobre otras, lo que provoca la aparición de manchas blancas (zonas que no se han bronceado tanto como otras). Lo mejor es caminar, correr y moverse para que todas las partes del cuerpo se vayan poniendo morenas.
  5. No te expongas al sol entre las 12:00 y las 17:00: son las horas de mayor incidencia de los rayos solares y, por tanto, en las que es más posible quemarse. Lo mejor es tomar el sol a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde.
  6. Toma el sol en intervalos de 10 a 20 minutos. Lo mejor es no sobrepasar los 30 minutos diarios.
  7. Ten cuidado con el agua: las gotas actúan como una lupa y hacen que los rayos del sol incidan más sobre la piel. Esto puede facilitar el bronceado, pero hay que tener cuidado con las quemaduras y renovar periódicamente el protector incluso si es resistente al agua.
  8. Hidrata bien la piel: además de usar protectores solares hay que aplicar cremas hidratantes, ya que mejoran la elasticidad de la piel, evitan la sequedad y combaten las manchas que pueden aparecer por la exposición al sol.
  9. Busca alimentos con betacarotenos: este componente favorece la producción de la melanina, encargada de dar color a la piel. Algunos alimentos con una gran cantidad de betacarotenos son la zanahoria, la naranja, la calabaza, las fresas y el tomate.
  10. Bebe agua en abundancia para estar siempre hidratado y evitar la sequedad de la piel. Diariamente hay que beber, al menos, un litro y medio.

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